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miércoles, 26 de abril de 2023
Laura Martínez: “No soy una madre heteronormativa y mi maternidad tampoco lo es”
Lucía Barbudo
Laura Martínez tiene 33 años y un hijo de 4 años con su exmujer. Las dos viven en Murcia y tienen a su hijo escolarizado en el colegio público del barrio de Santa María de Gracia. Laura no sólo es madre bollera, también es transfeminista y por ello su maternidad se ve atravesada por su militancia política y las consecuencias que se derivan de tener los ojos abiertos y las alarmas puestas a la hora de enfrentarse a determinadas violencias. Celebramos el 26 de abril, Día Internacional de la Visibilidad Lésbica, hablando con ella sobre cómo interseccionan la maternidad y ser bollera.
De lógicas sin duda alguna lesbófobas e ignorantes de otros modelos de familias que se alejan de los marcos hegemónicos heteropatriarcales, se refuerza por parte del refranero popular aquello de ‘Madre no hay más que una’. Como consecuencia de esas narrativas, dentro de unos días se celebra en todo el país el Día de la Madre, pero tu hijo tiene dos madres. ¿Cómo se vive esto en el colegio?
De entrada fue un shock. La maestra de mi hijo tiene casi 60 años y para ella esta era la primera vez que se encontraba con esta situación. Esto me lleva a preguntarme dónde van les hijes de las familias homoparentales porque esta mujer lleva fija en esa escuela toda la vida y me llama la atención que nunca haya tenido un caso como este en Murcia capital y en la escuela pública. En cuanto al Día de la Madre, hemos tenido que recordar que hay familias sin padres y con dos madres como es nuestro caso. Nosotras de entrada nos mostramos reticentes a la celebración de la familia heteronormativa, precisamente porque hay familias que nos quedamos al margen. Lo que hemos hablado con la maestra es que, como P. tiene dos mamás, en este día viene con dos dibujos, uno para cada una. Además, en nuestro caso la cosa se complica más todavía cuando las dos progenitoras tenemos nuevas parejas; así que en realidad somos cuatro (risas).
Todos los caminos burocráticos que tenemos que recorrer a lo largo de nuestra vida están pensados y diseñados para que todo encaje en un modelo: el heterosexual. ¿Cómo es la entrada en la escolarización para unas madres bolleras?
Nos sentaron a todo el mundo en el patio y lo primero que escuchamos fue: “Bienvenidos padres” y nosotras automáticamente nos miramos. Esta manera de nombrar sigue siendo la habitual. La primera batalla es con las palabras. Todo lo que no tuvimos que hacer en la guardería privada, donde todo se adaptó sin ningún tipo de problema (cuentos, plantillas y comunicados donde se hablaba de ‘familias’ y no de ‘padres’), lo tuvimos que pelear en la pública. Las fichas para comedor, aula madruga, excursiones, actividades extraescolares, matrícula, etc no contemplaban nuestra realidad familiar. A pesar de que lo hemos y lo seguimos señalando, estas plantillas no cambian. El esquema es invariablemente heterosexual. A nosotras nunca nos preguntaron dónde estaba el padre porque desde el principio fuimos juntas las cuatro y supongo que quedaba bastante claro. Pero a P. sus compañeres sí le han preguntado que dónde estaba su papá y él siempre dice: ‘No tengo papá, tengo dos mamás’. Ojalá estuviéramos en ese momento en el que ya no hiciera falta preguntar, que no provocara extrañeza, pero todavía queda mucho para mover ese marco tan convencional. P. es el único niño de su clase que no va a religión, ahí dejo ese dato por si alguien más ve la conexión.
Para quien no lo sepa, el método ROPA es uno de los métodos usados por parejas bolleras para tener hijes. Háblame un poco de esto.
ROPA son las siglas de Recepción de Ovocitos de la Pareja. Muy resumidamente, se extrae el óvulo de una de las dos mujeres para fecundarlo con el semen de un donante anónimo y una vez fecundado, se introduce en la otra mujer. Esto quiere decir que la criatura genéticamente está vinculada a una de las madres, mientras que es la otra la que lo gesta. Tal y como yo lo veo, es una manera de implicar a la pareja en la maternidad, aunque no creo que esta implicación tenga la misma proporción. No es lo mismo estar con tratamientos hormonales un mes que todo lo que conlleva un embarazo, el parto y la lactancia.
Para acceder a un método de reproducción asistida, ¿es necesario realizar algún trámite heteroburocrático?
Lo primero que quiero decir es que para una pareja del mismo sexo tanto para adoptar como para inseminarse es condición necesaria y obligada estar casada. ¿Una pareja heterosexual tiene que casarse para que su criatura lleve los apellidos de los dos? Voy a citar un extracto del libro ‘Maternidades cuir’ (Ed. Egales, 2020) que lo explica perfectamente: “Cuando una mujer hetero gesta y pare un bebé y se presenta en el registro civil con un hombre que dice ser el padre, no importa su estado civil ni mucho menos se les pregunta cómo concibieron a la criatura. En el caso de las lesbianas, topamos con dos imposiciones discriminatorias: si no demostramos que estamos casadas (no vale con ser pareja de hecho) y que la criatura ha nacido por técnicas de reproducción asistida, es probable que nos nieguen la afiliación conjunta.” ¿Esto es violencia? Claramente sí. De todo esto se desprende que, aunque seamos disidentes del régimen heterosexual, se nos exige que pasemos por todos los aros convencionales (como es el matrimonio) para legitimar nuestra tenencia de criaturas. Paradójicamente, esto las parejas hetero no tienen que hacerlo. Pueden tener hijes fuera del matrimonio. Nosotras no. Es más, los documentos que tenemos que rellenar como bolleras en el registro civil siguen siendo heteronormativos.
Al ser el método ROPA un procedimiento de reproducción asistida que también implica una cuantía de dinero, ¿cómo te sientes respecto a los debates reabiertos recientemente sobre gestación subrogada?
Hasta 2019, la mujer estaba excluida de los circuitos de reproducción asistida del Servicio Murciano de Salud tanto si quería ser madre soltera como parejas lesbianas. Con lo cual es el propio Estado el que te empuja a tener que recurrir a la industria asistencialista de la reproducción y a pagar lo que estas empresas privadas estipulen. A partir de 2019, ya sí, pero el servicio público deriva estas prácticas a las clínicas privadas como La Vega, así que el dinero de la pública se va a la privada (la Arrixaca derivó a unas 500 mujeres a La Vega para realizar técnicas de fecundación in vitro). Desde aquí, no entiendo las críticas a la gestación subrogada en cuanto a pagar por una subrogación porque estas prácticas que te decía de reproducción asistida se llevan haciendo años y no se ha abierto ningún debate al respecto. Mi posicionamiento respecto a la gestación subrogada no entraría dentro de un marco neoliberal, sino que sería proderechos con la mujer gestante y los derechos de la criatura en el centro, por supuesto.
¿Cómo hackean el heteropatriarcado las maternidades bollo?
Yo como mujer lesbiana butch llena de tatuajes y con media cabeza rapada en el parque con mi hijo, creo que ya estoy hackeando bastante. Las preguntas que me hacen a veces en los espacios públicos de “¿Es tu hermano pequeño?”, “¿Eres la cuidadora?”, “¿Es tu sobrino?” creo que ponen de manifiesto que no soy una madre normativa y que mi maternidad tampoco lo es. A estas preguntas no contesto yo, contesta mi hjo y siempre dice “No, es mi madre”. P. es mi hacker favorito.
El activismo siempre ha sido un espacio conflictivo para las madres: los horarios de las asambleas que muchas veces son incompatibles con la crianza, la falta de tejido social para compartir a les hijes, la escasa red de apoyo dentro de las propias disidencias… ¿Cómo vives tu maternidad dentro de los espacios politizados en los que te mueves en Murcia?
Por muchas familias disidentes que haya, todas están dentro del marco heteronormativo. Me explico, ¿cuántas madres disidentes ves por la calle? ¿Cuántas maternidades? Fuera de la celebración del Orgullo, ¿cuántas familias disidentes ocupan los espacios públicos o políticos? No conozco familias no-heteronormativas que estén en un día a día en los espacios politizados, en la calle, en la organización social. Lo vivo con frustración y rabia, empezando porque creo que los espacios políticos son antimaternales, anticriaturas. Desde que soy madre mi activismo se ha visto reducido. Desde que me separé, la custodia compartida condiciona los días o las semanas que tengo para participar en asambleas. No obstante, tengo la suerte de contar con mi mujer y con mi gran amiga que, y no casualmente, están fuertemente politizadas. Siento que los cuidados se nombran mucho desde círculos activistas pero para las madres no están. Es una pena.
martes, 25 de abril de 2023
ENTREVISTA. Lolita Versache usa el humor para combatir los discursos de odio o la discriminación
Lolita Versache posando en la Plaza Santo Domingo de Murcia.
Lucía Barbudo
Lolita Versache se fue de Sevilla a Madrid para encontrar tacones del número 45 y una peluca buena en una época en la que no había internet y había que desplazarse para hacer estas compras. Estuvo 15 años viviendo en Madrid de los cuales cinco transcurrieron en la sala ‘A noite’, que le dio la oportunidad de nacer como artista. Compartir espacio con transformistas de las antiguas, auténticas copleras, propició que Lolita cogiera tablas en el escenario. Después de pasar dos años en El Molino de Benidorm, La Versache aterrizó en Murcia, donde lleva seis años trabajando en el mítico local de ambiente ‘Piscis’. Aquí está en casa. Fuentes muy cercanas a la artista informan de que se la ha visto vaciar una bolsa de patatas fritas con olivas en un plato y rociarlas con un buen chorro de limón y pimienta. Murcia se le ha metido dentro y no hay exorcismo que la saque. Larga vida a Lolita Versache en nuestra tierra.
¿Cómo fueron tus comienzos?
Empecé en Sevilla en el único bar de ambiente y transformismo que había, que ya no existe, hace 21 años. Por eso digo que la Lolita cumple 21 el 18 de noviembre de este año, porque fue el primer día que me subí a un escenario. La cosa empezó porque a un amigo de mi grupo le gustaba mucho este espectáculo y siempre iba a ver los shows y un día me dijo, ¿por qué no haces tú esto? Un día abrieron una especie de convocatoria para que participáramos varias travestis, buscaban gente nueva. Para el ganador se abría la posibilidad de hacer más actuaciones allí, de empezar a trabajar. Éramos once en total. Gané yo por aclamación popular. Hice tres temas, uno de Merche, otro de Lara Fabian y otro de Helena Paparizou. Estaba nerviosa y como era mi primera vez, llamé a mucha gente y vinieron muchos amigos, me sentí muy arropada por toda esa gente que me quería. Me ayudaron a vestirme, a maquillarme, a todo. Yo era frutero y tenía trabajo, pero con las cosillas que me iban saliendo me fui metiendo en ese mundo y al final mira, llevo ya 20 años en esto.
¿Y cómo fue que viniste a Murcia?
En Madrid llegó un punto que quise dejar la noche, iba todos los días de Lolita y no quería eso. Me apetecía tener un cambio, tener más vida personal y dejar a Lolita un poco aparcada, así que me fui a Benidorm y fue un descubrimiento. Allí viví tres años, sumergida en la vida del pueblo y trabajé en el Molino. Era la primera vez que yo veía un espectáculo así: plumas, cabaret, toda la cultura parisina… Me dijeron que ahí tenía que actuar Jonathan con la cara maquillada como mujer, pero no Lolita Versache. Querían que actuara de chico, así que estuve aprendiendo coreografía, movimientos, me refiné muchísimo como artista. Querían un artista versátil, al principio salíamos acompañando a la vedette principal y luego hacíamos números individuales de musical, el Fantasma de la Ópera y esas cosas. Aprendí muchísimo. Allí conocí a gente de Murcia y después me surgió venir a Murcia y me vine. Para mí fue otro descubrimiento. Murcia se parece bastante a Sevilla; los andaluces y los murcianos tenemos personalidades muy parecidas. Lolita se siente querida en Murcia y Jonathan también.
Lolita Versache
Déjame preguntarte en este baile de identidades por el trasvase Jonathan-Lolita. ¿Qué se transforma cuando te subes a los tacones, te maquillas y te colocas una peluca?
Cuando empiezo a maquillarme ya empiezo a darme cuenta de que me cambian los gestos; la manera de coger los pinceles es más femenina, también me cambia la voz. Cuando ya me he hecho las cejas, me pongo las pestañas, me coloco la peluca, me pinto los labios, cruzo las piernas de una manera que Jonathan nunca lo haría y ya sé que Lolita está aquí. También hay cambios según las actuaciones, la ropa, incluso las pelucas… Son como versiones de Lolita diferentes. Lolita tiene una personalidad muy fuerte, muy marcada. Es un mujerón. Depende del look seré más señora, más loca, más sofisticada o más de barrio. Siempre tengo que salir bien, ya sea de señora o de putón, busco la perfección. En mi proceso de transformación, yo no hago parodia de la mujer, yo la alabo, la homenajeo.
¿Tuviste referentes en el proceso de creación de Lolita Versache?
Al principio en realidad no. Después sí, en Madrid empiezo a conocer artistas como Andoneghy o la Ricky, que fueron las que me ayudaron en mis comienzos. Pero enseguida destaqué porque yo hacía algo diferente. Yo interpretaba a Merche, Thalia y Mónica Naranjo. Las artistas con las que actuaba eran más folklóricas, más clásicas. Ellas cantaban a Paloma San Basilio e iban tapadas hasta el cuello. Yo salía en bragas y sujetador y me tiraba por el suelo cantando a Paulina Rubio.
Entre Jonathan y Lolita, ¿se mueve la sexualidad en un eje diferente?
Pues mira, Jonathan es gay y Lolita no es sexual. Lolita es objeto de deseo (ojete de deseo, JA-JA) pero no sujeto de deseo. Lolita crea mucho morbo, mucha tensión sexual, hay mucho fetiche. Cuando anuncio mi espectáculo en Wallapop y por Instagram me llegan un montón de mensajes sexuales por parte de gays y mujeres lesbianas. Lolita despierta también mucho deseo sexual en las lesbianas y en las mujeres y hombres bi.
¿Consideras que hay algún tipo de riesgo en el alter ego? ¿Cómo crees que interactúa la creación del personaje con la salud mental?
Cuando estás todos los días vestida de mujer, como en mi época de Madrid, es una lucha dura. Nunca hay que dejar que el personaje te coma. Gracias a Lolita conozco gente, Jonathan es más complicado para conocer gente, más reservado, tímido, desconfiado. Lolita tiene más manga ancha con la gente y es más simpática. Creo que en el momento en el que no sabes distinguir, puede ser un problema de salud mental, porque es como si te estuviera poseyendo alguien que no existe, te desinhibes en una personalidad que te has inventado pero que no es real. Te puede aportar, te puede ayudar de determinada manera, por ejemplo, a mí Lolita me quita los problemas, me alegra, pero creo que sería un problema para la salud mental de Jonathan. Yo trato a Lolita en tercera persona, como otra persona diferente. Desde el primer día. Lolita sirve de terapia, pero no soy yo. No hay nada de mí en Lolita, ella es otra persona completamente diferente, con su vida, con su mundo. Jonathan se anula totalmente. Jonathan no está ahí. Cuando se va la Lolita me da siempre un bajón de energía brutal, me deja K.O un rato, y es el cambio de personalidad, no tanto el show o el bailar o el trabajo físico, es realmente el cambio de personalidad, es agotador. Es como el trabajo que hacen los actores y las actrices. Por eso, yo sé que mis espectáculos funcionan. Lolita es muy buena y se encarga de eso. Cuando en el escenario no hay mucha diferencia entre la persona y el personaje, hay carencias en el show.
Lolita Versache
Háblame de lo cotidiano en el mundo de la noche en un espacio seguro como es el Bar Piscis ¿Qué es lo más fácil y lo más difícil de ser Lolita?
Lo más fácil es que te quieran. Lolita ofrece risas, humor, locura, es muy fácil quererla y eso es muy gratificante. Lo más difícil es hacer el show para personas que no sabes realmente quiénes son, quiénes van a venir, si están bebidos, si tienen algún problema, si son infelices sexualmente, etc. Aunque no lo parezca hay que tener mucha sensibilidad y un tacto increíble a la hora de hacer este show, saber calar a la gente.
Te sirves del humor de una manera muy talentosa para, a mi modo de verlo, hacer pedagogía. Háblame de eso. ¿Qué análisis haces tú del uso del humor para combatir los discursos de odio o la discriminación?
Tener un micrófono en la mano y un público delante para mí es un poder. Y a mí me gusta aprovecharlo. Hay mucha psicología dependiendo del público que tienes delante. Como el local es de ambiente, hay que poner la alfombra roja a quien no está en las siglas, por decirlo de alguna manera. Una persona hetero tiene que saber que se puede reír (yo siempre digo ríete porque no vas a ligar jajaja) y estar ahí a gusto, pasándoselo bien y encima con una travesti en el escenario. Es muy potente. Es hacer un poco lo contrario que hacen con nosotros en otros sitios, que nos hacen sentir incómodos o que sobramos. Ese es el poder de las personas que tenemos el micrófono y yo lo siento como una responsabilidad. Es mi deber hacer eso. Es hacer activismo desde el escenario. Y no sólo la semana del Orgullo; es todos los días.
Este año en Murcia hay una manifestación* convocada por el Orgullo Crítico el miércoles 28 con motivo del Día del Orgullo, ¿Lolita va a asistir? ¿Y qué hay de la tradicional cabalgata de todos los años? ¿Qué ha pasado?
No se sabe realmente el motivo por el que No te Prives, colectivo que tradicionalmente organiza, no ha dicho nada en redes ni en ningún sitio al respecto, no se ha pronunciado. Dos días antes de las elecciones me enteré de que no había desfile y empecé a publicarlo en mis redes y a decirlo en mi show. La gente preguntaba por qué, pero no tenemos razones. Creo que, mínimo, se debería haber anunciado que no había desfile y es una pena porque cada año salía bien y esto me parece dar un paso atrás. En Murcia hace falta una unión de colectivos. Es obvio que falta trabajo en equipo en esta ciudad. A la manifestación del 28 por supuesto que irá Lolita, que es para eso es activista.
*La manifestación convocada por el Orgullo Crítico de Murcia saldrá el miércoles 28 a las 19.30 de la Plaza de la Universidad.
Fotografías: Lolita Versache.
Esta entrevista se publicó el 25/06/2023 en el diario.es/murcia:
miércoles, 19 de abril de 2023
Las posibilidades políticofeministas de la gestación subrogada en un mundo dominado por la maternidad patriarcal
Lucía Barbudo
Este artículo fue originalmente enviado y publicado por eldiario.es el pasado sábado 15 de abril. El lunes 17 ya lo habían retirado, censurado. Cabría preguntarse qué espacios de debate nos quedan a las periferias dentro de los medios generalistas que se autodenominan de 'izquierdas' (como si eso fuese otra manera de decir 'defensores de la libertad de expresión' o 'adalides de la libertad de expresión') para pensar en colectivo. Cabría preguntarse qué es el periodismo si ya no es información democratizada. Este artículo fue escrito con la única pretensión de sumar otros puntos de vista al debate sobre la gestación subrogada. Desde los feminismos nos debemos ese debate. Y debemos tenerlo.
Gracias infinitas a estos medios de contrainformación por el respeto por los espacios que generan dudas, cuestionamientos, diálogos que fomentan el pensamiento crítico y una posible respuesta contestataria y organizada al régimen establecido.
Las posibilidades políticofeministas de la gestación subrogada en un mundo dominado por la maternidad patriarcal
Vivimos tiempos de deglución indiscriminada de noticias y excreción indiscriminada de opiniones. Es un trastorno de alimentación insano al que sometemos diariamente nuestro cerebro propulsado por la prisa, la inmediatez, la necesidad absurda de comentarlo todo, de pronunciarnos, de posicionarnos. Hay que correr a escribir en nuestras redes aquello que nos dé silla en la primera fila del último trending topic, hay que tener una opinión y, sobre todo, hay que defenderla sin haberla pensado, literalmente, dos veces. Por el camino, se insulta o se humilla a quien haga falta. Lejos de la pausa para la reflexión, del debate de ideas constructivo, las argumentaciones bien armadas, los paralelismos y las analogías, los marcos teóricos, el echar mano de los, las y les referentes en equis tema, lo que resulta de las interacciones dista mucho de ser un acto comunicativo eficaz. Y lo cierto es que conversar es una herramienta pedagógica muy poderosa; una conversación es una oportunidad para aprender, para deconstruirnos, replantearnos, reescribirnos lo que tenemos por verdades absolutas y cambiarlas por dudas, por ambivalencias, por un reconocimiento honesto de que necesitamos saber más, conocer más, leer más, escuchar más. Porque la gestación subrogada es un tema bien jodido, amigas, bien complejo y lo mínimo que podemos hacer es dedicarle tiempo y esfuerzo a pensarlo. Y si es en colectivo, mejor. Y si es sin dejar un reguero de cadáveres en la conversación, mejor que mejor.
Una de las cosas que me parece más interesante de la gestación subrogada es la reformulación que hace de la maternidad biológica, la hegemónica. La GS desnaturaliza, desbiologiza, desesencializa y desacraliza la maternidad porque la mujer gestante no quiere ser madre (puede que siga en contacto con la criatura y que genere un vínculo o puede que no) y creo que esto tiene mucha fuerza para los feminismos a la hora de abordar la maternidad desde un punto de vista no patriarcal. La maternidad hegemónica se configura en un marco blanco, cis, hetero, funcional, neurotípico y clasemediero y está atravesada por el mismo guion que el amor romántico. Leyendo recientemente a la socióloga israelí Orna Donath en su obra donde analiza las falacias sociales en torno a la maternidad, dice: “El amor de una madre sería un invención moderna de Occidente relacionada, entre otras cosas, con la aparición de la familia nuclear y la separación entre los ámbitos ‘privado y ‘público’. (…) Durante el S.XIX se produjo un cambio en la percepción social del amor maternal en los países occidentales. Así, el amor de madre se convirtió en una plataforma para la ideología.”
Tradicionalmente, la maternidad se nos presenta como algo indisoluble del proceso de gestar y parir, y los sentimientos de compleción, realización personal y enamoramiento de la criatura están más que narrados y guionados (incluso hay voces que sostienen que avalados desde la ciencia, ojo con esto). Gracias, Haraway, por haber dicho en su día que la biología es tan sólo un discurso. Lógicamente, había que envolver en un papel bien bonito algo que es socialmente impuesto, prescriptivo y, consecuentemente, opresivo. El libro de familia y sus cuentos de amor y cuidados legitimados a través de la sangre y los genes, la familia como institución y la fábula del sacrificio y el amor incondicional configuran la maternidad cisheterobiológica como la perfecta herramienta de control patriarcal. Todo un mejunje emocional del que emerge la madre llena de desgracia y culpa si no cumple con esos preceptos, ¿existe un perfil de ser humano con más culpa que la madre? Lo dudo.
Tal y como yo lo veo, la GS vendría a dinamitar todo eso. Vendría a desvincular psicoemocionalmente la criatura del cuerpo gestante. Para aquellas personas que creen en la sacralización de la maternidad, la GS es un relato de terror, una distopía monstruosa, un engendro antinatura. Hete aquí la inconmensurable potencia política de la GS y sus implicaciones para todas las madres. Donde otres ven pesadilla, yo veo posibilidad de expiación de pecados inventados, salvación emocional.
El segundo aspecto que me interesa y que trae la GS es el de la transacción económica. Al igual que las luchas de las trabajadoras sexuales han supuesto la revolución de poner fin al mandato patriarcal de follar gratis por amor, la GS pone encima de la mesa que gestar y parir es un trabajo y que, por lo tanto, se paga. Podemos rasgarnos las vestiduras todo lo que queramos, pero vivimos en sociedades fuertemente capitalistas y esto, señoras, es revolución. Poco a poco vamos poniendo un precio y cobrando por lo que históricamente hemos hecho gratis, como es el caso de tantos y tantos trabajos fuertemente feminizados relacionados con la crianza, el mantenimiento del hogar y los cuidados. El trabajo sexual y el trabajo gestante hackean el patriarcado y revierte los ejes de dominación.
Evidentemente, y vuelvo a traer el trabajo sexual como perfecta analogía (ya que el poder económico del cuerpo de las mujeres con fines sexuales o reproductivos es lo que más ampollas levanta en círculos feministas) es imprescindible hablar de la agencia de las mujeres y de un marco de derechos que blinde tanto a la mujer gestante como a la criatura. Es una obviedad que no todo vale y que nadie está aquí defendiendo las granjas de mujeres en la India, por poner un ejemplo. Recomiendo fuerte la lectura de “Otra subrogación es posible. El feminismo contra la familia”, de Sophie Lewis, obra máxima imprescindible para seguir reflexionando sobre todas las complejidades que atraviesan este tema. “Una subrogación para subrogadas, gestionada por subrogadas”, escribe Sophie en este libro que te hace explotar la cabeza. Ojalá esa frase fuese una vela, yo la soplaría para ver cumplido ese deseo.
No me gustaría que se dedujera de este artículo que no tengo dudas, pues sigo planteándome interrogantes sobre este tema, pero me gustaría que, mientras seguimos pensando, fuésemos un poco menos hipócritas a la hora de criticar la GS en pro, por ejemplo, de las adopciones: una fórmula no al alcance de todas las parejas (o personas solteras), que también supone una cantidad ingente de dinero (nadie habla aquí de “comprar bebés”, qué curioso) y con un fondo de ‘complejo de salvador blanco’ racista y colonial preocupante: “El movimiento antisubrogación contemporáneo se basa en las mismas estructuras del feminismo humanitario neoimperialista”, sostiene lúcidamente Sophie. También me gustaría decir que muchas de las personas que señalan el supuesto egoísmo intrínseco al tema de la perpetuación de la genética en la GS tienen hijos e hijas de su propia sangre y adn. Y me atrevería a decir que nadie les increpó cuando se cisheteroreprodujeron en lugar de adoptar.
Démonos tiempo y respeto para dialogarnos las ideas, estemos atentes a las violencias machistas, misóginas y patriarcales en las que podemos incurrir a la hora de lanzar una supuesta argumentación. Dejemos de decir “vientres de alquiler”, “vasijas” o “maceteros” como he llegado a leer en algunas conversaciones. No se alquilan las personas, ni las partes de su cuerpo. Se alquilan los objetos, los bienes materiales. Hablar de “madres de alquiler” o de “vientres de alquiler” es sumamente ofensivo, es cosificador. Ese cuerpo, esa mujer, es una persona, tratémosla con respeto o dejemos de autodenominarnos feministas.
‘Fuera los rosarios de nuestros ovarios’ gritamos cada 8M y yo digo fuera también las narrativas moralistas, judeocristianas, fuera la maternidad hegemónica y patriarcal, fuera la sacrosanta madre gestadora, fuera la madre como pedestal inviolable en torno a la cual se nos configura la más blindada de las cárceles: ese cheque en blanco que es el amor incondicional. Fuera las lógicas patrilineales, fuera los contratos sexuales y reproductivos gratuitos y socioculturalmente obligatorios. La figura de la madre como sujeto político emerge cuando eliminamos a la madre patriarcal y dejamos atrás las narrativas de victimización y mercantilización de los cuerpos de las mujeres para empezar a ver sujetos emancipados con capacidad de agencia y poder de autogestión.
miércoles, 12 de abril de 2023
#FraguasLibertad
Apoyamos esta causa, una más entre otras muchas a las que estamos acostumbradxs, aunque no resignadxs, y nos hacemos eco para parar la injusticia de que entren en la cárcel estas personas inocentes.
Reproducimos el texto e imágenes que se encuentran en la solicitud de donaciones y al final el enlace para hacerlas:
"En 2013 nace el proyecto de Fraguas Revive en un pueblo abandonado desde 1968, expropiado (forzosa y fraudulentamente) por el Franquismo y destruido con prácticas militares.
El proyecto trataba de reconstruir el pueblo de Fraguas en torno a valores como la autosuficiencia, ecología, recuperación del patrimonio y vida en comunidad.
A pesar de ser un proyecto con un impacto positivo en la demografía y economía local, (puesto que se encuentra en una de las zonas más despobladas de Europa con menos de 2 habitantes por km cuadrado), a pesar de contar con el apoyo y ayuda de los antiguos habitantes y a pesar de estar fuertemente respaldado por la sociedad civil, la junta de Castilla la Mancha, propietaria del terreno, no lo ve con buenos ojos.
En 2017, seis personas fuimos condenadas como especuladores inmobiliarios aunque no se cumplieran los requisitos para ello, no habíamos edificado de nueva planta, no se ha urbanizado y todo es autorizable.
Además, no nos permitieron recurrir la sentencia al tribunal Supremo vulnerando así nuestro derecho de defensa. Tampoco se ha escuchado a la comunidad científica que ha alertado en varias ocasiones, tanto a la administración como a la jueza, de la ilegalidad de la sentencia, que pretende demoler Fraguas, suponiendo una perdida irrecuperable del patrimonio.
La condena impone costear la demolición del pueblo, tasada en 110.000 euros o que seis personas vayan a la cárcel 2 años y 3 meses.
Esta tasación es injusta y desorbitada pero ya es firme.
A día de hoy tras 10 años de batalla judicial y después de haber agotado todas las vías posibles, el proyecto de Fraguas se centra en evitar la entrada en prisión de estas personas y por eso nos vemos obligadas a hacer este crowdfunding.
Es inconcebible que vayamos a la cárcel por repoblar un pueblo abandonado mientras auténticos atentados ecológicos como el Algarrobico o Isla Valdecañas siguen en pie.
Para evitar la cárcel de Lxs 6 de Fraguas y hacer frente a esta cuantiosa pena, hacemos un llamamiento a la solidaridad poniendo en marcha este crowdfunding.
Descripción del proyecto. Características, fortalezas y diferenciales.
Es impensable que un proyecto como Fraguas Revive, premiado por Ecologistas en Acción y con un impacto positivo en todas sus lecturas sea perseguido y condenado por repoblar y poner en valor el patrimonio.
Para luchar contra esta injusticia y salvaguardar la libertad de las 6 personas condenadas nace Fraguas Libertad y así conseguir el dinero para evitar el ingreso en la cárcel.
Actualmente, a través de otras campañas de financiación y gracias a la solidaridad, hemos conseguido recaudar alrededor de 40.000 euros, por eso necesitamos 70.000 euros para llegar a cubrir la cantidad de 110.000 euros, que es el total de la pena. En relación con el mínimo, hemos establecido 20.000 euros, sinceramente, por poner una cifra que esperamos sacar en la primera ronda y pasar a la siguiente y si en la segunda ronda no llegamos al total por lo menos haber conseguido una parte.
La responsabilidad civil es una pena solidaria por lo que se paga entre todas las personas condenadas. Cuando desde el juzgado nos pidan el dinero si no tenemos todo pediremos que fraccionen el pago y nos harán pagar aproximadamente 5 mil euros al mes durante dos años, por lo que aunque no llegaramos al total tendríamos tiempo de pagar algunos plazos mientras conseguimos el dinero que faltase.
Queremos destacar si no llegáramos a pagar todo y finalmente fuéramos a la cárcel no nos quitarían la pena económica nunca, por lo que tendríamos que pagarla si o si y habiendo pagado ya algo quedaría menos.
Motivación y a quién va dirigido el proyecto
La dura represión que ha sufrido el proyecto de Fraguas nos ha llevado a poner en marcha esta campaña, sin embargo las motivaciones del proyecto son la coexistencia y cuidado del medio ambiente, la autosuficiencia energética y alimentaria y la recuperación del patrimonio material e inmaterial.
¿Quien no tiene familiares, amigos o conocidos que tuvieron que abandonar el pueblo y migrar a las ciudades? Sin embargo en el caso de Fraguas, un grupo de jóvenes trato de hacer el camino inverso, volver al campo, en Castilla la Mancha, cuyo gobierno gasta millones de euros anualmente en luchar contra la despoblación sin conseguirlo y, sin embrargo, impide el desarrollo de proyectos como el de Fraguas.
Va dirigido a gente con inquietudes sociales, culturales, agricolas, de repoblación, de subsistencia... A decir verdad a la sociedad civil en su conjunto que apoya y conoce el atropello que se ha producido en Fraguas.
RECORDAD: al hacer una aportación puedes desgravarte hasta el 80% del importe de la misma, por ejemplo, si donas 100 euros al hacer la declaración de la renta te devolverían 80 euros o al donar 180 euros solo pagarías 50 euros porque te serían devueltos.
Aquí os dejamos la calculadora fiscal para que hagáis vuestras cuentas.
Experiencia previa y equipo
Fraguas Revive cuenta con 10 años de vida, desde 2013 lleva creando redes y siendo un 'vivero' de proyectos y gentes con aspiraciones a la repoblación rural."
"El proyecto de Fraguas trata de repoblar una zona muy despoblada de Europa, con valores en torno al ecologismo, soberanía alimentaria y vida en comunidad
Ha servido como centro rural formativo para muchísima gente que ha visitado el pueblo, bioconstrucción, agricultura ecológica, reforestaciones de arboles autóctonos, gestión forestal y silvícola, recogida y cultivo de setas comestibles, apicultura... Además ha recibido multitud de campamentos y grupos de jóvenes scouts.
A día de hoy trata de evitar la cárcel de seis de sus integrantes.
El grupo de apoyo Fraguas Libertad es el que actualmente impulsa la campaña para su defensa legal."
Puedes hacer tu donación aquí: https://www.goteo.org/project/fraguas-libertad