sábado, 28 de marzo de 2015

VíDEO: LAS OTRAS CONSECUENCIAS DEL CASO "UMBRA"


La Justicia y la Delegación de Gobierno  al servicio del poder corrupto.

Recientemente ha salido el Auto de la Audiencia Provincial de Murcia referente a la denuncia interpuesta por tres manifestantes contra agentes de la Policía Nacional. La denuncia viene motivada por la carga que realizaron dichos agentes el día 15 de junio de 2012 en la puerta del Palacio de Justicia, coincidiendo con la presencia en los juzgados del Sr. Cámara. El alcalde de Murcia acudía en calidad de imputado en un conocido caso de corrupción, concretamente el caso “Umbra”.

El tema ya se había tratado en el Juzgado de Primera Instancia, que desestimó las pretensiones de los querellantes al no considerar las actuaciones policiales como delito de trato degradante. Ahora la Audiencia Provincial confirma el fallo del Juzgado de Primera Instancia, que transformó las Diligencias Previas en Juicio de Faltas.

Ese día estaban concentradas frente a la puerta del Palacio de Justicia dos grupos de personas, unas, mayoritariamente del Partido Popular y defensoras del alcalde, y otras, del movimiento 15M, que protestaban contra la corrupción. Según el Auto “los agentes estaban organizando la confluencia de estos dos grupos (partidarios y detractores) para evitar el enfrentamiento”.

Pero en realidad no hubo ningún conato de enfrentamiento entre esos dos grupos de personas, ni siquiera verbal. Es más, en el momento de la carga policíal, cada cual andaba en sus conversaciones mientras el alcalde declaraba ante el juez.

La actitud de las personas que fueron desalojadas de LA ACERA fue totalmente pacífica. En la siguiente foto se puede apreciar el tono pacífico y distendido de la concentración horas antes de la intervención policial.



Ante esta situación el Auto considera que la reacción de los agentes fue “necesaria y proporcionada”. En cuanto a las agresiones concretas refleja que “el propio agente admite que le propinó una patada instintiva –a un manifestante- cuando sintió que por detrás tocaban su arma reglamentaria”. Cualquiera que vea la siguiente foto puede comprobar que a la persona que recibe esa “patada instintiva” le resulta imposible acceder al agente que propina la patada debido a la distancia que los separa, y más teniendo en cuenta que ya está siendo reducido por otros dos agentes.



Respecto a otra de las agresiones el Auto refleja que “el agente lo coge del cuello y empuja suavemente –a un manifestante- varias veces para doblegar su resistencia”. En la fotografía se puede apreciar con claridad la actitud del agente: tanto la expresión de su rostro como en la posición de sus manos en el cuello del manifestante no vemos esa suavidad por ningún sitio.



 
En ambas agresiones se trata del mismo agente, un funcionario del CNP que ya denunciamos en su momento por sus constantes llamamientos a la violencia y al odio ideológico en las redes , y  que fue noticia en numerosos medios de información de alcance local y nacional –radio, prensa escrita y televisión. 

 Meses después fue llamado a declarar en el Juzgado de Instrucción nº 4 de  Murcia en calidad de imputado por esos hechos.


Siguiendo con el Auto, para evitar el inexistente enfrentamiento de ambos grupos “la policía rodea y ordena al grupo en el que estaban los querellantes que se desplacen al lado contrario del Palacio de Justicia”, pero después de leer detenidamente el Auto, en el mismo no se reflejan cuáles fueron los motivos por los cuales la Delegación de Gobierno ordena a los agentes desplazar del lugar a un grupo de personas y no al otro.

EN ESTE VÍDEO se puede apreciar de qué forma la policía desplaza al grupo de personas mientras algunos de quienes habían asistido para apoyar al alcalde jalean la actuación policial (“¡Tenían que darles fuerte, tenían que darles fuerte!, ¡Que les den p’al pelo!”). Al final del vídeo, se ve cómo la persona que había recibido esa “patada instintiva” le exige al policía que le dé su número de placa.












Ante esto, la Justicia –sin poder demostrar que hubo enfrentamiento ni provocación alguna, y dando por válidas las explicaciones del CNP- acaba por reconocer el trato degradante sufrido por los manifestantes… pero lo justifica al manifestar que “el trato degradante que efectivamente sufrieron aquéllos es inherente a los actos coercitivos mediante fuerza física que las fuerzas de orden público están legitimadas para emplear”.

Como hemos visto en las fotos realizadas durante la carga, la actitud de los manifestantes no  justifica ni legitima esa fuerza física empleada por la policía.

Para comprender los motivos de la arbitrariedad  de la Delegación de Gobierno al ordenar que se llevara a cabo esa violencia es necesario analizar el desenlace de la comparecencia del alcalde imputado en el caso “Umbra”. Después de la carga policial y el posterior desalojo, sólo quedaban en la puerta del juzgado las personas afines al alcalde. El Delegado del Gobierno, perteneciente al Partido Popular y también imputado en otro caso de corrupción, facilita un escenario mediático favorable al alcalde de Murcia, también del Partido Popular. De esta forma, cuando el Sr. Cámara sale por la puerta del Palacio de Justicia de declarar como imputado en un caso de corrupción, los medios audiovisuales no recogieron ninguna manifestación contra la corrupción, escuchándose sólo gritos de ánimo por parte de sus afines - “¡guapo, guapo!”-, como si de la Virgen de la Fuensanta se tratara.




Y este es el único motivo por el cual se desaloja injustificada y desproporcionadamente  a un grupo de personas que ejercían su legítimo derecho de manifestarse contra la corrupción política y económica, esa lacra que tanto daño causa a nuestra Región.  
  

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