La Justicia y la Delegación
de Gobierno al servicio del poder
corrupto.
Recientemente ha salido el Auto de la Audiencia Provincial de Murcia
referente a la denuncia interpuesta por tres manifestantes contra agentes de la
Policía Nacional. La denuncia viene motivada por la carga que realizaron dichos
agentes el día 15 de junio de 2012 en la puerta del Palacio de Justicia,
coincidiendo con la presencia en los juzgados del Sr. Cámara. El alcalde de Murcia acudía en calidad de
imputado en un conocido caso de corrupción, concretamente el caso “Umbra”.
El tema ya se había tratado en el Juzgado de Primera Instancia, que
desestimó las pretensiones de los querellantes al no considerar las actuaciones
policiales como delito de trato degradante. Ahora la Audiencia Provincial
confirma el fallo del Juzgado de Primera Instancia, que transformó las
Diligencias Previas en Juicio de Faltas.
Ese día estaban concentradas frente a la puerta del Palacio de Justicia
dos grupos de personas, unas, mayoritariamente del Partido Popular y defensoras
del alcalde, y otras, del movimiento 15M, que protestaban contra la corrupción.
Según el Auto “los agentes estaban
organizando la confluencia de estos dos grupos (partidarios y detractores) para
evitar el enfrentamiento”.
Pero en realidad no hubo ningún conato de enfrentamiento entre esos dos
grupos de personas, ni siquiera verbal. Es más, en el momento de la carga policíal,
cada cual andaba en sus conversaciones mientras el alcalde declaraba ante el
juez.
La actitud de las personas que fueron desalojadas de LA ACERA fue
totalmente pacífica. En la siguiente foto se puede apreciar el tono pacífico y
distendido de la concentración horas antes de la intervención policial.
Ante esta situación el Auto considera que la
reacción de los agentes fue “necesaria y
proporcionada”. En cuanto a las agresiones concretas refleja que “el propio agente admite que le propinó una
patada instintiva –a un manifestante-
cuando sintió que por detrás tocaban su arma reglamentaria”. Cualquiera que
vea la siguiente foto puede comprobar que a la persona que recibe esa “patada instintiva” le resulta imposible acceder al agente que propina la patada debido
a la distancia que los separa, y más teniendo en cuenta que ya está siendo
reducido por otros dos agentes.
Respecto a otra de las agresiones el Auto refleja que “el agente lo coge del cuello y empuja
suavemente –a un manifestante- varias veces para doblegar su resistencia”.
En la fotografía se puede apreciar con claridad la actitud del agente: tanto la
expresión de su rostro como en la posición de sus manos en el cuello del
manifestante no vemos esa suavidad por ningún sitio.
En ambas agresiones se trata del mismo agente, un funcionario del CNP
que ya denunciamos en su momento por sus constantes llamamientos a la violencia y al odio ideológico en las redes , y que fue noticia en numerosos medios de información de alcance local y nacional –radio, prensa escrita y televisión.
Meses después fue llamado a declarar en el Juzgado de Instrucción nº 4 de Murcia en calidad de imputado por esos hechos.
Siguiendo con el Auto, para
evitar el inexistente enfrentamiento de ambos grupos “la policía rodea y ordena al grupo en el que estaban los querellantes
que se desplacen al lado contrario del Palacio de Justicia”, pero después
de leer detenidamente el Auto, en el mismo no
se reflejan cuáles fueron los motivos por los cuales la Delegación de
Gobierno ordena a los agentes desplazar del lugar a un grupo de personas y no
al otro.
EN ESTE VÍDEO se puede apreciar de qué forma la policía desplaza al grupo de personas mientras algunos de quienes habían asistido para apoyar al alcalde jalean la actuación policial (“¡Tenían que darles fuerte, tenían que darles fuerte!, ¡Que les den p’al pelo!”). Al final del vídeo, se ve cómo la persona que había recibido esa “patada instintiva” le exige al policía que le dé su número de placa.
EN ESTE VÍDEO se puede apreciar de qué forma la policía desplaza al grupo de personas mientras algunos de quienes habían asistido para apoyar al alcalde jalean la actuación policial (“¡Tenían que darles fuerte, tenían que darles fuerte!, ¡Que les den p’al pelo!”). Al final del vídeo, se ve cómo la persona que había recibido esa “patada instintiva” le exige al policía que le dé su número de placa.
Ante esto, la Justicia –sin poder demostrar que hubo enfrentamiento ni
provocación alguna, y dando por válidas las explicaciones del CNP- acaba por
reconocer el trato degradante sufrido por los manifestantes… pero lo justifica
al manifestar que “el trato degradante
que efectivamente sufrieron aquéllos es inherente a los actos coercitivos
mediante fuerza física que las fuerzas de orden público están legitimadas para
emplear”.
Como hemos visto en las fotos realizadas durante la carga, la actitud de
los manifestantes no justifica ni
legitima esa fuerza física empleada por la policía.
Para comprender los motivos de la arbitrariedad de la Delegación de Gobierno al ordenar que
se llevara a cabo esa violencia es necesario analizar el desenlace de la
comparecencia del alcalde imputado en el caso “Umbra”. Después de la carga
policial y el posterior desalojo, sólo quedaban en la puerta del juzgado las
personas afines al alcalde. El Delegado del Gobierno, perteneciente al Partido
Popular y también imputado en otro caso de corrupción, facilita un escenario mediático favorable al alcalde de Murcia,
también del Partido Popular. De esta forma, cuando el Sr. Cámara sale por la
puerta del Palacio de Justicia de declarar como imputado en un caso de
corrupción, los medios audiovisuales no
recogieron ninguna manifestación contra la corrupción, escuchándose sólo
gritos de ánimo por parte de sus afines - “¡guapo, guapo!”-, como si de la Virgen
de la Fuensanta se tratara.
Y este es el único motivo por el cual se desaloja injustificada y
desproporcionadamente a un grupo de
personas que ejercían su legítimo derecho de manifestarse contra la corrupción
política y económica, esa lacra que tanto daño causa a nuestra Región.
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