lunes, 10 de agosto de 2020

CARTAS A MI QUERIDA AMIGA BIOVULVA 1



Lucía Barbudo

Querida amiga biovulva:
Te escribo porque hoy he leído en tu muro que tú eres una mujer «a secas», no una mujer «cis», sino una mujer «y punto».
Los términos que se utilizan para marcar en este caso las identidades (y consecuentemente el privilegio o la discriminación) son de ida y vuelta. No hay mujeres trans sin mujeres cis, igual que no existen lxs negrxs, sin la aceptación de que existan lxs blancxs. 
 
Ni el género y sus violencias es patrimonio de las biomujeres ni las reivindicaciones en torno a las razas o comunidades no-blancas existirían si no hubiese un maltrato manifiesto por parte de los privilegios blancos. Nadie diría: «¡Mira, un negrx!» si no tuviera con qué contrastar la otredad respecto al color de su piel igual que nadie diría: ¡Mira, esa es trans!» si no existiéramos las cis. 
 
Si te molesta ser mujer cis, no deberías hablar de las mujeres trans como «lo que no es mujer-mujer» ni, desde luego, sacarlas del saco de las violencias machistas pensando (verbo muy generoso en este caso) que éstas sólo se producen por nacer con vulva o vagina. 

Las biomujeres llevan AÑOS perpetuando roles de género, y operándose las biovulvas y las biotetas para encajar en el canon y en el estereotipo de «sentirse mujer», aunque no se habla de canon, se habla de «reforzar la autoestima» y de «sentirse bien» y de «sentirse deseada» y de «poner fin a los complejos». Las biomujeres se hacen todo tipo de intervenciones quirúrgicas sin que ninguna feminista haga un post levantando una ceja. Ni mucho menos cuestionando su feminidad, pues sucede justo lo contrario, así la refuerza.
   
Viendo las fotos personales en los perfiles de las redes sociales de las biomujeres, observo grandes dosis de feminidad. Así pues, querida bioamiga, me pregunto: ¿es la feminidad el gran caballo de Troya contra el que estás luchando? Porque de ser así, podríamos empezar a discutir la tuya, y la de tu amiga, y la de tu hermana, y la de tu madre, y la de tu abuela. Podríamos empezar a discutir qué es una biomujer femenina y si la queremos o la deseamos como proyección política rupturista o no. Si la queremos, amiga, si la abrazamos con sus mechas, sus tintes, sus uñas, su maquillaje y sus tacones, entonces, nena, te tienes que callar. Si no la queremos, entonces podríamos empezar a hablar de si nos va a ir mejor en la vida con la cabeza rapada y unas camisas anchas. Si no la queremos, podríamos empezar a pensar en un horizonte butch como ideal feminista, en un horizonte de mujeres masculinas, mujeres solas sin macho, mujeres quizás lesbianas (porque también las violencias que denuncias muy terfamente son del régimen heterosexual), mujeres sin matrimonios ni hijxs (porque muchos de los roles de género que denuncias muy terfamente nacen, crecen y se desarrollan y no sé si mueren en el matrimonio, la familia y en la maternidad).
 
Entonces yo te preguntaría, amigadatecuenta, si eso es lo que eres tú, que tanto predicas contra las mujeres trans: una mujer masculina, lesbiana o sola, sin hijxs y aborrecida de la familia.
¿Es esa la lucha? ¿O la lucha es erradicar las violencias de las que las mujeres son diana? ¿Es tu lucha dejar de ser «mujer», pues en eso entiendes que están las múltiples opresiones?
Creeré entonces, amiga terf (1), que, paradójicamente, tú eres la que quiere «borrar a las mujeres».
Pd: otro día hablamos de los hombres femeninos, de la pluma y de cómo, además de tránsfoba e incongruente, eres homófoba y terriblemente misógina.
Saludos sororos.

(1) Trans Exclusionary Radical Feminist, feministas radicales que consideran que las mujeres trans no son parte del movimiento feminista, por sus siglas en ingles.
Feminista Radical Trans-Excluyente.

Publicado en el diario digital  La Haine  


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