martes, 8 de mayo de 2018

¡DIOS…LA CULPA…!


(Por Movimiento Feminista de Murcia)

Casi todos los días las mujeres tenemos que enterarnos que aquí o allá hay un caso, al menos, de agresión machista. La última en Murcia ha sido en Beniaján. La Guardia Civil Investiga una violación múltiple. Pero esta no es la noticia completa. La agredida dice que tardó varios días en ATREVERSE a denunciar y aquí ponemos el acento.

Esta mujer había ido con unos conocidos y tomaron alcohol y drogas. Ella perdió el conocimiento y cuando se despierta se da cuenta que la estaban agrediendo sexualmente, insiste en que la dejen y al final pudo escapar. Va un hospital.

¿Qué siente ella? ¿Podemos ponernos en su piel?

¿Por qué no va del hospital a poner la denuncia?. Dice ella misma que no se atreve.

Nuestra reflexión va por ese miedo que sigue a la agresión. Por la cultura patriarcal instalada en nuestra sociedad. Dice esta cultura, ¿por qué se va a un sitio alejado a beber con hombres? La culpa la tiene ella.

Y ella lo sabe. Tenemos las mujeres interiorizado que no podemos hacer lo mismo que hacen los hombres, ¡a ver dónde vas y con quién. Luego no te quejes!. Y si denuncia, sabe que le echarán la culpa a ella, la culpa social de la que hablamos y puede incluso que la acusen de denuncia falsa y encima acabe pagando… ¿Tiene pruebas? ¿Hay un vídeo? Y si lo hubiera, ¿cómo jueces y juezas patriarcales, sin formación en perspectiva de género, machistas y de ideología retrógrada, lo interpretarán?. Recuerda el juicio y la sentencia de La Manada… SU MANADA la ha acosado, humillado y agredido…angustiada se va a su casa y se calla.

Pero esta cultura patriarcal empieza a resquebrajarse, el feminismo desde hace décadas está en pie de guerra, lucha por algo tan sencillo como que las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres en todos los ámbitos y estamos saliendo a la calle a gritarlo. Y ella ha oído esos gritos y se da cuenta que no está sola, que otras mujeres (y algunos hombres) la acompañan, el feminismo la acompaña. Gritamos, ¡la calle y la noche también son nuestras!

Y ella se anima, se empodera y tras cuatro días de sufrimiento ya se atreve. Lo cuenta, lo denuncia y a ver qué pasa. Su calvario no terminará ahí, lo sabe, pero a lo que no está dispuesta es a que su caso quede invisible, a que no pase nada.

Y eso es lo que está cambiando en esta sociedad. El feminismo ha venido para quedarse.

¡No hay culpa, hay derechos!.

#SiTocanAUnaNosTocanATodas



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