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Rueda de prensa 5/07/2016 |
Giuliana se pone en contacto sucesivamente con la Coordinadora Anti Represión, la Asamblea 7N de Murcia, la Plataforma 8 de marzo de Cartagena y AMIM (asociación contra el maltrato infantil) y nos relata su inconcebible caso.
Un juzgado de primera instancia de Cartagena le ha retirado, como medida cautelar y por procedimiento de urgencia la guardia y custodia de su hija de 4 años y se la ha otorgado al padre, contra quien existe procedimiento abierto por presuntos abusos sexuales a la menor de edad.
Nos entregó un detallado informe realizado por AGAMME, Asociación Galega contra o Maltrato a Menores donde se aprecian graves irregularidades en la actuación del juzgado. (7 de abril de 2016)
Dicha asociación también emitió un comunicado de "condena" de la actuación de ese juzgado, indicando que "el juzgado ha actuado en la retirada de la custodia a la madre de la niña, haciendo referencia a un supuesto trastorno de personalidad aunque ninguna evaluación de salud mental ha concluido que la mujer padezca trastorno alguno y en el procedimiento no ha participado ningún profesional de salud mental".
Estrela Gómez presidenta de la citada organización ha indicado que además "se está produciendo sesgo xenófobo al hablarse de un concepto ideológico y no científico como es el del síndrome de Ulises, aplicable únicamente a personas inmigrantes”.
Este caso no es único. Cada año decenas de casos similares se ven los juzgados y muchos terminan con la retirada de la custodia a las madres que denuncian abusos.
El informe de Save the Children La justicia española frente al abuso sexual infantil en el entorno familiar (2011), ya indicaba que la inmensa mayoría de los casos de abuso sexual intrafamiliar no llegan a juicio, son sobreseídos por considerar el juzgador insuficiente la base de prueba.
Denunciar abusos sexuales a hijos menores aumenta riesgo de retirada de custodia. "La madre debe callar, convertirse en encubridora o en ese fantasma ausente que nombran las personas que sufrieron incesto en su infancia. Callar o arriesgarlo todo."
CONVOCAMOS (el 5 de julio de 2016) UNA RUEDA DE PRENSA PARA DENUNCIAR EL CASO AGRAVADO PORQUE NO PUDO VER A SU HIJA EN MÁS DE TRES MESES
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Momento de la rueda de prensa |
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Madre de Cristina,
chica asesinada por defenderse de una violación |
Este fue el comunicado:
Compañeras y compañeros,
Hoy nos ponemos en contacto con vosotras por un doble
motivo; por un lado, porque seguimos hacia adelante en la lucha por el recuerdo
y el reconocimiento de violencia de género del asesinato de Cristina, quien fue
asesinada en el portal de su casa por defenderse de una violación.
Por otro lado, queremos informaros de un acuciante caso de
machismo y xenofobia que se está produciendo en nuestra región. Giuliana, mujer
inmigrante, lleva más de 90 días sin ver a su hija. El motivo; haber denunciado
a su padre.
El caso (por no decir martirio) de Giuliana comienza en
2013, cuando, haciendo acopio de valor, decide recurrir a los servicios
públicos en búsqueda de ayuda y denunciar a su marido (no exponemos los
detalles de esta denuncia por no vulnerar la intimidad de Giuliana y su hija).
Ya en este momento, Giuliana, lejos de encontrar comprensión y respeto, se topó
con acusaciones vacías sobre que no era coherente lo que decía, “que estaba
loca”, que lo que estaba haciendo era perjudicar a un buen hombre, y que lo que
quería era divorciarse, quedarse con la casa, etc., etc., etc. Unas
afirmaciones que son más propias de una conversación de taberna entre “machos
alfa” que de servicios sociales, donde simplemente no debería ser legal que éstas
se vertiesen hacia nadie, y menos hacia personas que, como Giuliana, visitaba
por primera vez la institución.
A partir de este momento, se inicia un proceso cargado de
irregularidades y de acusaciones infundadas. Por cada denuncia que pone,
Giuliana recibe acusaciones similares y se le aconseja no hacerlo. La palabra
de su marido no se pone en entredicho; ella es la única que tiene que probar y
probar y someterse a interrogatorios. Su hija queda completamente desprotegida;
las acusaciones hacia el padre de la niña, estando todavía en trámite los
procesos judiciales, no son obstáculo para que éste pueda seguir viéndola a
solas. Finalmente, el padre pide la custodia total de su hija como “medida
cautelar”. En marzo, en un juicio donde los testigos de Giuliana no son citados
oficialmente, no pueden entrar a declarar pese haber asistido, y no se aceptan
pruebas, como grabaciones, que otorgan la razón inmediatamente a Giuliana, ésta
pierde la custodia de su hija.
Pese a que en la sentencia se reconoce su derecho a ver a su
hija periódicamente, Giuliana no puede verla desde marzo por la saturación de
los puntos de encuentro; la lista de espera en Cartagena se remonta a 2014.
Se trata, a todas luces y como anunciábamos, de una
discriminación obvia por razones de procedencia y género.